Tarde soleada y con público que cubrió casi los tres cuartos de entrada, el puente por las ferias y la poca difusión dada al evento por los problemas políticos municipales, hicieron que la única corrida de Ferias de San Fernando no levantara expectación.
Enrique Ponce de catafalco y oro, abrió plaza con un toro prometedor con buenas maneras en vara, pero que empezó a venirse abajo según iba muleteando el maestro de Chiva, ligó bien por ambos lados, pero una estocada algo trasera que llevó al de Montecillo hasta los medios con bravura para caer redondo. Salió a recibir aplausos. En el cuarto, Enrique sacó su veteranía y maestría dando un recital de toreo limpio pausado marcando bien los tiempos, que arrancó en varias ocasiones el aplauso del respetable, sin música por petición propia, el silencio en el coso hacía escuchar al genio cómo hablaba a su oponente, con pases dedicados a su propia cuadrilla, terminó faena con dos grandes redondos, llevando al éxtasis de los presentes, cortando las dos orejas de un bravo toro.
Emilio de Justo de azul y oro, regresaba a su ciudad con ganas de darlo todo como siempre y con la responsabilidad de torear ante su afición. Trabajó bien al segundo de la tarde, con un pase de pecho original y varias tandas de muletazos por ambos pitones, a pesar de que su enemigo entraba mejor por el derecho, estoqueó bien sacando su primer apéndice. El quinto trasteó más, teniendo el de Torrejoncillo que esmerarse al máximo con el de Montecillo, por chicuelinas llamó la atención de sus fieles arrancando aplausos con su torería y arraigo, sin temor a mancharse el traje con la sangre de su oponente con uno buenos naturales. Estoqueó bien lo que le valió cortar otra oreja y poder acompañar a Enrique y salir a lo grande.
José Garrido de frambuesa y oro, volvía al albero de los Mártires para demostrar que está en el escalafón de los toreros buenos por algo. El tercero de terna predecía algo más cuando salió de toriles pero pasado por el tercio de varas, se vino abajo costándole sacar algo positivo a Garrido, trasteó con el sin poder ligar ningún pase decente y tras una estocada baja y dos descabellos, silenció al público que esperó en su segundo, sexto de terna que le diera la posibilidad de recuperarse. El que cerraba tarde, no fue más que su hermano tercero, y a pesar del pacense empezar la faena de rodillas, y arrastrarlo a los medios, el de Montecillo no quiso enfrentamiento manseando ante José, que a pesar de estar por encima de su oponente, fallo con el acero saliendo por la puerta contraria a la de sus compañeros de tarde, algo desolado y triste se le vio cuando atravesaba el ruedo por el mismo camino que lo hacía dos horas antes.
Resumiendo ésta corrida de Ferias de San Fernando, rara se puede terminar diciendo, que hay que trabajar mucho políticamente hablando para resurgir la afición a la fiesta Nacional, que hubo voces pidiendo toros en Cáceres, se escuchó un fandango dedicado a Emilio de Justo, y si el día de fiesta se hace coincidir con viernes, los cacereños prefieren tres días de playa, que ferias y fiestas en Cáceres.
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