Como siempre la corrida de la Prensa por su tradición atrae mucho interés entre los aficionados y esto hace poner el cartel de no hay billetes.
El cartel lo componían: Manuel Escribano, puso banderillas y brindó al Rey. El astado levantaba la cara a medio muletazo sin emplearse y abrevió matando de una entera caída.
A portagayola se fue a recibir al cuarto y aguantó estoicamente. Buen recibo a la verónica. Destacar el tercer par del sevillano al quiebro pegado a tablas. El inicio fue esperanzador viniéndose de lejos y cambiándoselo por la espalda pero fue un espejismo y no tuvo fuerza alguna.
Francisco Ureña, recibió el cariño de la afición que le obligó a saludar al romper el paseíllo. Su primer rival tuvo calidad y fue a más. Lo dosificó el murciano que ligó tres tandas por el derecho con el de Victorino humillando y desplazándose con clase con los olés rotundos de Madrid. Al natural también funcionaba y los últimos compases con el toro a menos fueron más deslucidos. Estocada entera pero tardó en doblar y saludó ovación.
El quinto se desplazaba al inicio de faena y Ureña por abajo lo obligo. Tras varias por el derecho con largura tratándolo con mucha suavidad, acortó el de Victorino recorrido y le complicó el lucimiento a Ureña.
Emilio de Justo, volvía a Las Ventas tras ocho años de ausencia. El tercero de la tarde tuvo calidad y su mayor virtud fue la humillación. A final de cada muletazo rebrincaba y le dificultó la limpieza de las tandas al de Torrejoncillo. Sacó muletazos muy destacables ante una embestida con transmisión que exigía poder.
El sexto fue reservón pero Emilio de Justo tiró de oficio para sacar momentos intensos con mucho mando. Esa actitud tuvo reconocimiento y saludó recibiendo una fuerte ovación tras una estocada entera.
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